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Senegal: Estudiantes sordos aprenden junto a oyentes en clases inclusivas

by info@deaf24.com

En Senegal, algunas escuelas están viviendo un cambio importante en la educación de los niños sordos y con pérdida auditiva. En lugar de asistir a centros separados, ahora comparten las aulas con estudiantes oyentes. Esta iniciativa abre nuevas oportunidades de comunicación, integración y aprendizaje social. En el Lycée public Guinaw Rail Sud, en Pikine —un suburbio de la capital Dakar—, Mouhamed Sall, un estudiante sordo, es un ejemplo de este proceso. Él utiliza la lengua de señas para comunicarse con sus compañeros y profesores, demostrando cómo puede funcionar la inclusión en la práctica.

 

Aprendizaje compartido en el aula

Mouhamed Sall y otros tres estudiantes forman parte de un pequeño grupo que participa en la enseñanza inclusiva en algunas escuelas senegalesas. En clase conviven con alumnos oyentes, donde la lengua de señas y la comunicación silenciosa se están convirtiendo en algo cada vez más normal.

Algunos compañeros oyentes aprovechan la oportunidad para aprender la lengua de señas. “Fue fácil porque ya éramos amigos desde la primaria”, explica Salane Senghor, un antiguo compañero de Mouhamed. “Los nuevos alumnos tenían curiosidad y miraban al asistente para comprender lo que decía.”

El aula del Lycée public Guinaw Rail Sud es un espacio animado y creativo. Un grafiti sobre la pizarra declara con humor: “Ningún maestro está autorizado en esta sala”. Esto refleja un ambiente activo y participativo, donde los asistentes apoyan solo cuando es necesario.

 

Educación e inclusión: un desafío nacional

A pesar de estos ejemplos positivos, la educación inclusiva en Senegal sigue enfrentando grandes dificultades. Según UNICEF, alrededor del 60% de los niños con discapacidad en el país no asisten a la escuela. Además, el gobierno no dispone de datos completos, ya que solo se contabiliza a los niños oficialmente registrados con una discapacidad.

Sara Poehlman, de UNICEF Senegal, afirma: “Esperamos que el gobierno avance para que cada niño, independientemente de sus capacidades, tenga la oportunidad de aprender.”

Actualmente, Senegal está desarrollando una estrategia nacional de educación inclusiva. Sin embargo, los avances se han visto obstaculizados por la inestabilidad política y por la estigmatización social. Muchas familias esconden a sus hijos o los mantienen alejados de la vida comunitaria por temor a la discriminación.

Aun así, hay señales de progreso. En 2021, la selección nacional de fútbol de sordos y personas con pérdida auditiva ganó el primer campeonato africano y participó en el mundial, recibiendo el reconocimiento del presidente senegalés. Asimismo, asociaciones de personas sordas organizaron talleres para enseñar a los votantes sordos más de 100 términos relacionados con las elecciones en lengua de señas.

 

Clases inclusivas: un nuevo modelo

El año pasado, la organización Humanité et Inclusion, en colaboración con el Ministerio de Educación, puso en marcha clases inclusivas en cuatro institutos públicos. La escuela Apix Guinaw Rail Sud es una de ellas. En este marco, se contratan asistentes capacitados en lengua de señas para facilitar la comunicación entre estudiantes y docentes.

“Nos aseguramos de que todos los niños estén en igualdad de condiciones, y por eso creamos aulas inclusivas en las que se integran estudiantes oyentes y sordos”, explica Papa Amadou, asistente en la escuela.

Para Mouhamed Sall, la educación gratuita representa una gran ventaja en un país donde las cuotas escolares suelen ser una carga financiera para muchas familias. Hasta ahora, la mayoría de las escuelas para niños con discapacidad eran especializadas, privadas y costosas.

Su madre, Khadija Koundio, pagaba inicialmente unos 17 dólares al mes en un centro local para niños con necesidades educativas especiales. Gracias a programas anteriores de Humanité et Inclusion, Mouhamed pudo después acceder a la escuela primaria.

 

Retos para docentes y familias

Omar Diop, supervisor principal de la escuela Apix, reconoce que los profesores enfrentan nuevos retos: “Es el primer año de enseñanza inclusiva para muchos docentes. Algunos alumnos dominan la lengua de señas mejor que ellos, lo que hace que las clases sean más exigentes.”

El director del centro, Mamadou Konte, insiste en la necesidad de más formación docente: “Hemos visto resultados positivos en nuestra escuela, pero este modelo debe extenderse a nivel nacional.”

Las familias también enfrentan dificultades. Koundio, presidente de la asociación de padres de estudiantes sordos, señala que algunos niños viven lejos y que los costos de transporte son un obstáculo.

UNICEF apoya con la “Carte de l’Égalité”, una ayuda económica para que las familias con hijos con discapacidad puedan acceder a la educación. Sin embargo, Poehlman subraya que los programas implementados en escuelas públicas son los más importantes para garantizar la igualdad.

Por su parte, Jandira Monteiro, de Humanité et Inclusion, recalca la necesidad de que los ministerios de Salud y Educación trabajen juntos para brindar un apoyo integral a los niños con discapacidad.

 

Experiencias personales y perspectivas

Mouhamed Sall se siente aceptado en su clase. Sus profesores destacan su inteligencia y sus habilidades artísticas, en especial al construir maquetas de casas tradicionales y piraguas. Su madre desea que pueda seguir desarrollando sus talentos: “Un día, cuando yo ya no esté, quiero que tenga una forma de ganarse la vida.”

El ejemplo de Mouhamed muestra que la inclusión en el aula no solo es posible, sino que también abre nuevas oportunidades para los niños sordos y con pérdida auditiva, tanto en el ámbito educativo como en el personal y social.

 

Conclusión

Las clases inclusivas en Senegal representan un paso importante hacia la igualdad y la participación social de los niños sordos y con pérdida auditiva. Programas como los de Humanité et Inclusion, en cooperación con el Ministerio de Educación, demuestran que la inclusión es factible, incluso en países con recursos limitados.

No obstante, persisten desafíos: los docentes necesitan más formación, las familias requieren apoyo financiero y aún es necesario superar prejuicios sociales. Los logros de la selección nacional de fútbol para sordos o el creciente interés de estudiantes oyentes en aprender lengua de señas son señales esperanzadoras.

El futuro de la educación inclusiva en Senegal dependerá del compromiso político, de un apoyo sostenido y de la voluntad de la sociedad para derribar barreras. Historias como la de Mouhamed Sall demuestran que la inclusión no es solo un concepto, sino una realidad posible, que beneficia a todos.

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